sábado, 19 de enero de 2013

Barclays y la ética

Barclays BanK es el sexto banco más antiguo del mundo y en la actualidad, según la propia página web de la entidad, es el tercer grupo bancario por activos gestionados del mundo. Después del escándalo del Libor y otros de menor envergadura estrena nuevo consejero delegado, Antony Jenkins.

El Sr. Jenkins remitió una carta a todos sus empleados , el 17 de enero, indicando que su sueldo dependerá de la ética. Aunque no está muy claro si resulta un lavado de imagen de cara a la galería o una intención real, lo cierto es que el contenido de la carta emite sentencias que de cumplirse significarían un cambio muy positivo en el funcionamiento de la entidad.

Según el artículo publicado en Cincodias, la carta contiene frases como “ que ningún negocio será rentable a largo plazo si no se guía por los valores”. Añade que “las instituciones financieras que no se comporten con integridad no podrán seguir teniendo éxito”, "ni se lo merecerían", afirma. El comunicado especifica cinco valores: respeto, integridad, servicio, excelencia y responsabilidad.

Hace ya muchos años, aunque algunos continúan anclados allí, se ejercía la DpI ( Dirección por Instrucciones ). Básicamente se reduce al ordeno y mando, los empleados se limitaban a recibir instrucciones de lo que debían realizar, sin más explicación, podríamos asemejarlo al taylorismo.

Con el tiempo y en un intento de implicar más a los empleados se instauró la DpO ( Dirección por Objetivos ), se dan instrucciones igualmente pero se explica la necesidad de alcanzar unos objetivos determinados para el bien de la organización ( empresa y empleados ), así el empleado puede entender mejor el porqué de su labor, comprometiéndose, y verse como parte importante en la consecución de los resultados. Normalmente el cumplimiento de los objetivos lleva implícito un premio que suele suponer dinero extra.

Sin embargo, las personas en su afán de conseguir la recompensa ( dinero, reconocimiento… ) que supone el cumplimiento de los objetivos, aderezado con la presión de sus superiores, se han centrado en el fin sin importarle los medios, lo que supone una falta de ética y valores absoluta que se justifica por las órdenes recibidas, que al final se traduce en algo tan simple como contentar a sus superiores sin plantearse los daños directos y colaterales provocados, son estrategias cortoplacistas que no han tenido en cuenta que debe existir un mañana.

Posteriormente se desarrolla la DpV ( Dirección por Valores ), esta intenta corregir el “ todo vale “ para realizar los objetivos. De hecho, prevalecen unos valores éticos que hacen que el empleado se identifique con la filosofía de la empresa, a partir de aquí siguen existiendo unos objetivos pero dentro del marco moral establecido. Este tipo de dirección aunque pueda parecer algo inventado recientemente data de finales de los años 90. Mira el largo plazo, basa la relación con el cliente en el “win to win “ y pretende satisfacer las expectativas del mismo, centrando la relación comercial en que dicha satisfacción debería proporcionar en un futuro más negocio ya sea de forma directa o indirecta (nuevas necesidades del cliente o recomendaciones a terceros).

La mayor dificultad de la DpV reside en qué criterios se establecen para valorar el cumplimiento de la ética, obstaculizando la implementación de este sistema en la mayoría de organizaciones. La gran paradoja, sin embargo , es que deba implementarse un sistema que premie la ética cuando debería ser algo inherente a las personas, algo que nos sitúa en una sociedad decadente y cuestiona el modelo educativo y los valores sociales que se transmiten.

Jenkins, añade que “Las evaluaciones se basarán no solo en qué conseguimos sino en cómo lo conseguimos. Nunca más estaremos en posición de recompensar a las personas por ganar dinero para el banco de forma no ética o inconsistente".

En la gran mayoría de empresas actuales rige la dirección por objetivos ( DpO ), donde el objetivo se convierte en el fin y las personas ( empleados y clientes ) en el medio para su consecución. Sorprende gratamente que una entidad financiera proponga un cambio , aunque habrá que ver cuánto hay de real y cuánto responde al marketing.

Fuentes : www.cincodias.com



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