jueves, 1 de diciembre de 2011

La deuda privada

Hace dos días Moody’s anunciaba que podría rebajar la calificación de la deuda subordinada de 87 bancos europeos , entre ellos 21 entidades españolas ( prácticamente todas ) . El argumento de la agencia de calificación se sustenta en que el Estado no podría rescatar a los tenedores de estos títulos en situaciones extremas.

A pesar del interesado y desgraciado papel que juegan las agencias de calificación en todo este circo , no me queda más remedio que reconocer que en este caso es bastante lógica una rebaja , en deuda subordinada y en rating en general.

El principal problema de España actualmente es la estratosférica deuda privada . Recientemente “eleconomista.es” publicaba los porcentajes de deuda total , la deuda pública representa el 71 % del PIB , un porcentaje que no es muy elevado , más aún si lo comparamos con países como EEUU , Inglaterra , Italia o incluso Alemania.

Todos hemos sido testigos de los elevados intereses que actualmente debe de pagar el Estado en sus emisiones de deuda , no por su propia deuda pública si no por la responsabilidad subsidiaria sobre la deuda privada nacional . En este sentido la deuda corporativa ( de empresas ) asciende a un 134 % del PIB , la familiar al 82 % y la financiera ( entidades de crédito ) al 76 %.

El endeudamiento empresarial tiene como acreedores a entidades financieras e inversionistas , a través de títulos emitidos por las empresas . Como todos hemos podido ver , si existe el riesgo que algún banco tenga problemas de solvencia , acude el estado a través del Banco de España ( FROB ) o avales para garantizar la estabilidad del sistema financiero . Obviamente , si está situación de crisis se prolonga mucho tiempo , cada vez existirán más empresas con problemas y por tanto el riesgo de impago a sus acreedores se incrementa.

Las entidades de crédito también concentran el riesgo de la deuda familiar ante un eventual impago , con el desempleo actual y sin perspectivas de mejora a corto plazo , cada vez se acentúa más la morosidad , deteriorando la solvencia de bancos y cajas . En este sentido , las mayoría de entidades financieras ofrecen todo tipo de soluciones para rebajar la cuota de los préstamos a sus acreedores u ofrecerles periodos de carencia , una medida que intenta ganar tiempo a la espera que la situación mejore , pero ¿ y si las cosas no mejoran en un plazo razonable ?.

En cuanto a la deuda financiera , son los inversores y entidades de crédito internacionales los mayores acreedores ( los famosos mercados ) . Desde la quiebra de Lehman , el estado tuvo que avalar multitud de emisiones de deuda bancaria española para ser aceptada en los mercados internacionales , estas emisiones hacían frente a vencimientos anteriores y a medida que el Estado avalaba iba perdiendo solvencia , cada vez su margen de maniobra se iba reduciendo hasta el punto que perdió toda la credibilidad.

Para que el Estado pueda avalar en condiciones tiene que aceptar una serie de medidas que se traducen en unos presupuestos con muchos recortes para eliminar el déficit , solo así parece que podrá hacer frente a sus compromisos de pago.

Una alternativa a esta política de recortes podría ser la de generar más ingresos , básicamente creando empleo y consiguiendo más ciudadanos que paguen impuestos , consuman bienes y no necesiten prestaciones sociales , pero este tipo de medidas requieren inversión y los mercados , la UE y el FMI no parecen dispuestos a la más mínima iniciativa en esta dirección.

El total de la deuda según los datos publicados representa el 363 % del PIB y con una perspectiva de ingresos en claro descenso , no parece que el Estado pueda garantizar esta cifra descomunal , mucho menos si no cuenta con un banco central propio.


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